La santidad no consiste en gestos extraordinarios,
ni es un artículo de lujo reservado a unos pocos privilegiados; es más bien la
vocación a la que todos hemos sido llamados. Siguiendo las huellas del
Fundador, el beato Santiago Alberione, para los Paulinos y Paulinas la santidad
es esencialmente configuración con Cristo Camino, Verdad y Vida, y por tanto ha
de ser integral, dinámica y apostólica.
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