JESÚS: EL DIVINO MAESTRO

El último domingo del mes de octubre la Familia Paulina celebra la fiesta de Jesús Divino Maestro, por lo cual queremos resaltar algunas características propias de nuestro modelo a seguir y de todo cristiano.

En griego la palabra utilizada para definir maestro es Didáskalos que significa el que guía, el que indica el camino. Jesús es llamado Maestro, como lo leemos en Mc 9,5: “Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»”, es un Maestro que habla en público como hacían los maestros de Israel, en las sinagogas, en las plazas y en el Templo, rodeado de discípulos.

Jesús es un Maestro acreditado por su coherencia de vida como vemos en Mc 1,22: “Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas”.

La raíz de la enseñanza de Jesús Divino Maestro es trascendente, dice Jesús en Jn 8, 28: “No hago nada por mí, sino que propongo lo que me ha enseñado el Padre”, enseña el misterio del Padre Celestial, como se lee en Mt 11, 27: “Al Padre lo conoce sólo el Hijo”.

Las siete cualidades de Jesús Divino Maestro son:

Cristo es Maestro del anuncio fundamental del Reino de Dios cuando dice: Convertíos y creed en el evangelio.

Jesús es un Maestro sabio que usa la parábola, el símbolo, la narración, la paradoja y la imagen fulgurante.

Es un Maestro paciente que se adapta a nuestro lento caminar a nuestro gradual aprendizaje.

Jesús es un Maestro polémico como se demuestra en su contienda con los escribas y fariseos.

Jesús es un Maestro profético porque interpreta los signos de los tiempos.

Jesús es el Maestro prefigurado por Moisés, Jesús subió al monte y se sentó y se le acercaron los discípulos y enseñó la plenitud de la Torá, así como Moisés había subido al monte y había recibido la ley.

Jesús es Maestro supremo, el Maestro Divino, Jesús retoma algunas expresiones de los profetas, tomándolas para sí mismo diciendo: “Pero Yo os digo”, por ejemplo en Mt 5, 43-44: “Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores”. Demostrando así que tiene poder sobre la ley y los profetas.