viernes, 23 de enero de 2015

Conversión de San Pablo



Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos.


Rm 14, 7-8



No hay comentarios:

Publicar un comentario