El mundo propone imponerse a toda costa,
competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto
y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al
servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos.
Esto no es debilidad, sino autentica fuerza.
Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar
violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y
del amor.
Papa Francisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario