Desde sus primeros años Clara se vio dotada
de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella,
siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró
gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día
en su vida espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario