Por: Francisco Galvão, novicio paulino, Brasil.
“Porque donde esté
tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6, 21).
Vocación es cuando una persona se
siente “en casa” dentro de sí misma. Sentirse en casa es sobretodo reconocer la
armonía interior. Es la capacidad que cada uno tiene de dar sentido a su propia
existencia. De este modo, aquel que encontró su vocación sabe en qué dirección
van sus pasos. Es diferente de aquel que solamente divaga por la vida sin
sentido alguno.
No obstante los desafíos del camino, la
vida de una persona que encontró su vocación es armoniosa, serena y alegre. Entonces,
la vocación no es algo que se adquiere de la noche a la mañana. A veces se
necesita tiempo para descubrir lo que queremos en la vida, o como decía Viktor
Frankl “lo que la vida espera de nosotros”. Para el fundador de la logoterapia,
la fuerza motivadora del hombre está en la voluntad de sentido. “La busca del individuo
por un sentido es la motivación primaria en su vida”, afirmaba Frankl.
Vocación, por lo tanto es encontrar
nuestro lugar en el mundo, a través de un proyecto de vida personal y autentico.
Cada uno de nosotros tiene en lo más íntimo de sí mismo un deseo de realización
y felicidad plena. ¿Qué es, entonces, la felicidad? Según Erasmo de Rotterdam,
la esencia de la felicidad es “querer ser aquel que se es”. Y eso debe ser una
busca constante en nuestra vida.
En este sentido, nuestra vocación pasa
por la importante pregunta “¿quién soy yo?”. Naturalmente, tenemos la vida
entera para responderla, pero, es necesario confrontarnos, a lo largo de la
vida con nuestras dudas e inquietudes. Vocación es ante todo un encuentro
conmigo mismo, el cual me conduce al otro y a Dios.
Así, cada persona trae dentro de su
corazón un sueño que es mayor que los demás. Un deseo que habla más fuerte que
todos los otros. Por eso, nuestro desafío, en el curso de la vida es descubrir
que sueño es ese. Solo de esta manera encontraremos la paz que nuestra alma
tanto necesita y desea. Sin embargo, este descubrimiento requiere tiempo y
dedicación. Más que eso requiere silencio y autoconocimiento.
Cuanto más una persona se conoce, más capacitada
estará a elegir lo que es importante en su vida, desde los más grandes a los
más pequeños sueños y deseos. En este proceso de busca de sentido, el cultivo
de la vida interior es fundamental. La vida de oración es la clave que nos
lleva hasta nuestra vocación de ser feliz. Entonces, cuando una persona es
capaz de decir a su sueño “ahora me siento en casa”, tendrá, finalmente, desarrollado
su verdadera vocación.
Parabéns, Francisco Galvão! Vocação é sintonia com o cartório la do céu, segundo a Carta aos Efésios: "Pois, antes da criação do mundo, ele [Deus Pai] nos escolheu em Cristo, para sermos santos e irrepreensíveis diante dele no amor"! (Ef 1,4).
ResponderEliminar"Vocación es ante todo un encuentro conmigo mismo, el cual me conduce al otro y a Dios."
ResponderEliminarVerdadero! Felicitaciones!
Muchas gracias, hermanos, Pe. Claudiano y Pe. Antonio!
ResponderEliminarEstamos unidos en la oración. Un fuerte abrazo!