Un corazón humilde es lo que Dios desea del hombre, para regalarle el don más preciado, que es la comunicación por medio de la oración.
Para entrar en diálogo con
Dios hay que disponernos interiormente con un corazón humilde, esto es reconocer
nuestras propias limitaciones y debilidades, es abrir el corazón y permitir que fluya el arroyo del agua viva, el Espíritu Santo, la oración es la
sed de Dios y al mismo tiempo es la sed del hombre, es allí donde bebemos del
torrente de la gracia de la inmensa misericordia,
en donde apaciguamos esa sed del alma, "Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente"(Salmo 42, 3).
Cuando buscamos a Dios sinceramente, Él nos regala el don de la
oración, allí donde todo ser humano llega al encuentro de Jesucristo. No
importa que lenguaje se utilice por lo general son gestos o palabras que salen del corazón de quien se siente amado y en buena compañía. La Sagrada Escritura a veces habla que la oración proviene del alma o del espíritu, pero más frecuentemente habla del corazón.
El corazón es la parte oculta del hombre en
que sólo el Espíritu de Dios puede penetrar y conocer, es lo más secreto de cada
hombre, desde ahí hablamos con la verdad
a Jesús o simplemente contamos mentiras a Dios a quien no se puede engañar, por eso lo primero que hay que pedirle a Dios es que cambie nuestro corazón.
Oración eucarística en la Librería San Pablo, Diagonal 50, Medellín, Colombia. |
La oración cristiana es la Alianza
entre Dios y el hombre en Jesucristo que es el Hijo de Dios, es poder estar en
una continua comunicación con el Espíritu Santo, de esta manera encontrar las soluciones a nuestros posibles
problemas, la paz y el gozo en nuestros corazones, también tener la certeza que
el divino Espíritu está ahí en nuestra
ayuda y siempre con la plena confianza que Él nos respalda.
La oración es la entrega, es
donarse como hijos de Dios con un Padre infinitamente bueno, con su Hijo
Jesucristo y el Espíritu Santo, en unión con toda la Iglesia. La oración es estar en comunión de vida ya que esto es posible
siempre porque, mediante el Bautismo
nos hemos convertido en un mismo ser en Cristo Jesús.
¿Qué es la oración?
(Santa Teresa del Niño Jesús, Mnuscrit C, 25R: Manuscrists autohiographiques (Paris 1992) p. 389-390).
Fuente:
Catecismo de la Iglesia Católica, Cuarta parte, La oración cristiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario