Muéstrame,
Señor,
el
camino de tus leyes,
y
lo seguiré puntualmente.
Enséñame
a cumplir tu voluntad
y
a guardarla de todo corazón.
Guíame
por la senda de tus mandatos,
porque
ella es mi gozo.
Inclina
mi corazón a tus preceptos,
y
no al interés.
Aparta
mis ojos de las vanidades,
dame
vida con tu palabra.
Mira
cómo ansío tus decretos:
dame
vida con tu justicia.
Salmo 118
No hay comentarios:
Publicar un comentario