Todos en algún
momento de la vida nos hemos enfrentado con la pregunta: ¿Qué profesión quiero
para mí? Muchos hacen test vocacionales para conocer sus habilidades y tratar
de imaginar en qué área se proyectarán mejor. Otros ingresan a la universidad e
inician con la dura tarea de ver si es o no lo quieren para sus vidas. Sucede, con alguna frecuencia, que lo que elegimos, no es aquello en lo que vislumbramos
nuestra felicidad. Vamos a conocer ahora dos personas que descubrieron su
vocación y que tienen algo en común. ¿Quieres saber quiénes son?
El P. Alberione no necesitó hacer ningún test vocacional para descubrir su misión.
Un día, en el aula, la profesora Rosa Cardona preguntó a sus alumnos lo que cada uno
quería ser. Cuando llegó el turno del pequeño Alberione, él respondió con seguridad: ¡quiero ser sacerdote! A partir de esa respuesta, emprendió su camino.
Cuando leemos sobre la
vida y misión del P. Santiago Alberione, miramos que fue feliz en la opción que
hizo y en su ministerio sacerdotal, que fue fructífero. Él fundó una Familia Religiosa conformada por cinco
congregaciones y cinco institutos de vida religiosa secular.
Es en este contexto que
aparece el P. Ernesto Tigreros, quién ingresó a la Sociedad de San Pablo, para cumplir el deseo de su corazón siendo apóstol del Evangelio a través de los medios de comunicación social. El 30 de junio de 2016, el P. Ernesto
Tigreros cumple 50 años de vida sacerdotal. Él, sin duda, ha descubierto su vocación y se siente realizado. ¿Y tú? Los invito a ver el video testimonial donde el padre, en algunos minutos, expone un poco de su vida consagrada a Dios y al servicio del
anuncio del Evangelio.
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