jueves, 3 de noviembre de 2016

SEGUIR A JESUS EXIGE DEJAR NUESTRAS SEGURIDADES

Como leemos en la Sagrada Escritura: “El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza” (Lc 9, 58), esta es la respuesta de Jesús a un hombre que le dice que lo seguirá a donde Él vaya, vemos entonces que Jesús al dar esta respuesta le pone como condición abandonar sus seguridades, al igual que al que le dice que antes de seguirlo le permita enterrar a su padre, para los seguidores la adhesión a Jesús implica adoptar el estilo de vida del Maestro.

Igualmente los seguidores rompen con la propia profesión, no es extraño que si vuelven por casa, no sean bien recibidos y tengan la experiencia de que un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa, quedando pues expuestos al menosprecio de sus conocidos, amigos y familiares.

Se deben abandonar también las posesiones y la estabilidad económica, emprendiendo una vida de desapego y debiendo ir donde lo envíen, confiando en el Padre que se preocupa de los pájaros y de los lirios (Mt 6, 25). Los seguidores de Jesús van evidenciando una actitud de mansedumbre inculcada por el Maestro, que los deja indefensos ante molestias, rechazos y agresiones.

La llamada de Jesús y la fascinación por su persona los ha llevado a pensar más allá de lo puramente material, los ha llevado a un proceso de muerte y resurrección en cual, el dolor de las rupturas con las antiguas seguridades queda compensado por el gozo inefable de lo descubierto en el camino vocacional. Atrévete a ser un seguidor de Jesús no te arrepentirás.



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